sábado, 3 de diciembre de 2011

RESEÑA: Transformers: Dark of the Moon (Regular Release)


RESEÑA
Escrita por: Rubén Cañón

Para poder hablar de esta partitura es justo considerar primero la influencia que pueden llegar a tener los directores y, en ocasiones, los productores de una película en el resultado de su banda sonora. A partir de ahí se puede formar una opinión imparcial acerca de las verdaderas intenciones del compositor sin justificarlo por volver a caer en el mismo hoyo ni atacarlo por hacerlo a propósito.
Cuando Steve Jablonsky fue contratado para componer la banda sonora de la primer entrega de Tranformers no tenía reglas ni parámetros que seguir. Tentía tanta libertad que, en algún momento se pensó que el compositor clonaría los temas originales de antaño (cómo olvidar la obra maestra de Vince DiCola) en lugar de aportar música original a la saga, pero al final hizo lo correcto con la libertad que se le dio. A punta de grandes orquestas y coros, sus ideas estuvieron a la altura de los gigantes de Hasbro, resultando en uno de los mejores trabajos de su carrera.
Unos años más tarde, adaptándose a las necesidades de Michael Bay y de su versión de la historia, muchas cosas tuvieron que cambiar. El dramatismo y la obscuridad se volvieron elementos esenciales en la secuela (supuestamente), y por consecuencia, la banda sonora tuvo que inclinarse en misma dirección, aferrándose sólo a los motifs necesarios para no perder la secuencia y adoptando en su lugar los cantos femeninos por los cuales mucha gente compara la banda sonora de Revenge of the Fallen con un disco de New Age (¿insulto o cumplido?).
Si bien el compositor no tiene más remedio que declararse culpable de hacer música insípida tomando como referencia la escuela de Remote Control, la dirección también pudo haber sido un poco más flexible, sobre todo cuando la receta anterior había superado todas las expectativas. Pero no fue así. Y ni siquiera después de las devastadoras críticas aprendieron la lección (y me refiero a la música, aunque la película también sufrió muchos tomatazos).
En un intento desesperado por devolverle la gloria a los gigantes de Hasbro, Dark of the Moon intenta profundizar en la nostalgia, la traición y por supuesto, la batalla final entre los Autobots y los Decepticons, y el reto para el alumno de Hans Zimmer en esta ocasión era adaptarse a los caprichos y las terquedades de Michael Bay sin desechar por completo sus creaciones anteriores. Si lo logró o no lo logró depende únicamente de la percepción que se tenga porque ambas opiniones son correctas.
Con excepción de “05. Impress Me”, una nueva variación mucho más electrónica del tema sincopado de Sam Witwicky (que resulta agradable entre tanta algarabía), “08. There Is No Plan”, una breve y dramática recapitulación de Arrival to Earth y el tema de Bumblebee interpretados en guitarra y piano alrededor de un conjunto de efectos e instrumentos electrónicos, y “17. Our Final Hope”, alusiva al tema de los Autobots, no hay mucho que se pueda conectar de manera directa con las bandas sonoras anteriores, al menos no en la versión comercial. Eso no quiere decir que no exista ninguna relación entre ellas porque de hecho la mayoría de las frases musicales de la trilogía son muy similares. Probablemente un oyente casual no pueda reconocer las similitudes entre Autobots, Prime y Sentinel (todas de distintas películas) simple y sencillamente por la instrumentación, el tempo o un par de notas o medias notas más altas o bajas, pero la cruda realidad es que, sin sus disfraces, son como espejos.
Si alguna vez Steve Jablonsky me permitiera darle un consejo le diría que un buen alumno debe esforzarse por superar a su maestro, no por imitarlo. Otro gran problema de la música de Dark of the Moon es eso precisamente. El compositor recurre a ese vicio indiscriminadamente. Cuando una pieza no se parece a The Dark Knight me recuerda a Inception, y cuando estoy a punto de identificar una fracción de segundo creativa aparece de la nada el coro de Crimson Tide. En fin. Puedo hacer tantas referencias a partituras de Hans Zimmer que me pregunto si algún día me cansaré de escuchar la misma música reciclada y predecible a la que nos somete Remote Control con cada blockbuster verano tras verano. Espero que no.
Tal vez parezca demasiado severo pero creo que la música de Dark of the Moon pudo haber sido fabulosa, y simple y sencillamente no lo fue... Aunque tampoco es mala. También es cierto que su propósito nunca fue pelear por un Óscar. La música de Transformers no se caracteriza por ser profunda ni original, pero tiene una gran cualidad: es muy fácil escucharla. Sus temas principales son adictivos (aclaro que eso no necesariamente quiere decir majestuosos), posee una estructura juvenil y moderna, y sobre todo acción, mucha acción con un cierto aire de patriotismo y militarismo americano. En la actualidad hay muchos compositores mucho más estudiados y talentos (Alexandre Desplat fue el primer nombre que se me vino a la mente) pero también hay que reconocer que nadie, ni siquiera el mismísimo Trevor Rabin con toda la experiencia que tiene trabajando para Michael Bay, hubiera podido hacer un mejor trabajo.
La representación más clara del núcleo musical es "02. Prime", un motif sencillo pero sólido introducido por el piano. Como en todo gran ostinato de Remote Control, no pueden faltar las cuerdas y los vientos que lo repasan acompañados por las percusiones hasta un climax muy predecible, pero satisfactorio. Su simplicidad permite un sinfín de variaciones y hasta deformaciones que pueden ir desde lo más emotivo hasta lo más ruidoso y escucharse bien en todos los casos, y Steve Jablonsky lo hace de maravilla.
Por otro lado, las partes de acción no dejan mucho a la imaginación, pero la mayoría son muy emocionantes. Sobre todo destaca “14. It’s Our Fight” con la orquesta en todo su esplendor manifestando una variación heroica del tema central acompañada en sus momentos de mayor intensidad por el coro. Su sentido épico es innegable. "07. Battle", como su nombre lo indica, es otro de los ostinatos que recaen en esta categoría y que también se vale de voces para desbordar decibeles. “11. Shockwave’s Revenge” es un poco más difícil de escuchar por la monotonía del pulso que persiste a lo largo y ancho de la canción entre una multitud de efectos electrónicos, pero la fusión de todas esas ideas, “15. I’m Just the Messenger”, es muy favorable pese a la repetición del frenético boom cada dos segundos. Si acaso lo menos agradable es “13. The World Needs You Now”, la cual se excede a tal grado de parecer muy desordenada, interrumpiendo en dos ocasiones un motif importante para volver sin gracia a los tamborazos, los monótonos ronrroneos y los sintetizadores.
En efecto todo tiene un sabor mucho más artificial, no sólo las partes que desbordan de adrenalina y testosterona sino también las que pretenden hacernos creer que los robots tienen sentimientos o que existe una verdadera relación entre ellos y la humanidad. “08. There Is No Plan”, “10. The Fight Will Be Your Own”, “12. No Prisoners, Only Trophies” y "16. I Promise", imprimen un poco de emoción a la partitura, por supuesto, en compañía de guitarra y chelo eléctricos principalmente. Las texturas son muy electrónicas en el fondo, pero logran su cometido, respaldándose en el tema de Sentinel o en algún leitmotif relevante de las partituras anteriores.
Transformers: Dark of the Moon sufre los mismos males y se regocija en los mismos bienes que cualquier partitura compuesta bajo la enseñanza de Hans Zimmer. El sonido es hipnotizante y divertido, pero carece de profundidad en todos los aspectos y recae en el mismo círculo vicioso de la composición moderna: ostinatos heróicos, ambientes artificiales y escandalosas fusiones de orquesta y sintetizadores. Hasta que Steve Jablonsky no encuentre su identidad como músico tendremos que conformarnos con música muy superficial


TRACKLIST (Y RATINGS POR CANCIÓN)

01. Dark Side of the Moon (8/10)
02. Sentinel Prime (10/10)
03. Lost Signal (8/10)
04. In Time You’ll See (8/10)
05. Impress Me (7/10)
06. We Were Gods Once (8/10)
07. Battle (10/10)
08. There Is No Plan (8/10)
09. We All Work for the Decepticons (8/10)
10. The Fight Will Be Your Own (8/10)
11. Shockwave’s Revenge (7/10)
12. No Prisoners, Only Trophies (7/10)
13. The World Needs You Now (7/10)
14. It´s Our Fight (10/10)
15. I’m Just the Messenger (8/10)
16. I Promise (8/10)
17. Our Final Hope (10/10)

TOTAL: (8.2/10)

RATING FINAL

Ratings Por Canción: (8.2 /10)

“14. It’s Our Fight” es razón suficiente para comprar la banda sonora, pero “02. Sentinel”, “07. Battle” y “17. Our Final Hope” y muchas otras son recomendables. En general cualquier persona que se sienta apasionada por la música reciclada de Remote Control lo tendrá entre sus favoritos por un largo tiempo aunque la partitura esté tan lejos de la perfección como el sur del norte.

Estilo: (7/10)

Steve Jablonsky no hizo el más mínimo esfuerzo por superar su trabajo para la primera película de la trilogía. El sonido llega a ser sumamente eléctrico y electrónico y, en ocasiones, hasta repetitivo no sólo dentro de sus mismas frases musicales sino en comparación con la nueva tendencia de Hans Zimmer y compañía. Estoy satisfecho, pero confieso que esperaba algo mucho más intenso y emocionante.

Duración: (8/10)

Algunos fragmentos omitidos de la partitura hubieran lucido más que “13. The World Needs You Now”, aunque también es cierto que más tiempo también hubiera resultado perjudicial. Simplemente hay demasiada acción.

Originalidad: (6/10)

No quiero profundizar en este tema. Todos sabemos que, desde Steamboy, Jablonsky no ha hecho mucho por innovar. No sería objetivo de mi parte regalarle una calificación más alta (y vaya que me duele).

Valor de Replay: (10/10)

Desde que lo compré lo he escuchado más veces de las que he ido al baño y todavía me gusta mucho a pesar de sus carencias y debilidades.

TOTAL: (7.8 /10)

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